Abandono y Desconexión Emocional

Desconexión emocional y abandono: romper el ciclo desde la conciencia

A lo largo de los años he acompañado a muchas personas en procesos de transformación profunda, y hay un tema que se repite con frecuencia, especialmente en quienes buscan sanar sus relaciones: la desconexión emocional.

Hoy quiero invitarte a reflexionar conmigo sobre lo que hay detrás de esa sensación de no ser visto, no ser contenido, de sentir que la otra persona simplemente «no está», aunque esté físicamente. Hablaremos sobre el abandono emocional, la raíz inconsciente que muchas veces está en la relación con nuestra madre, y cómo puedes comenzar a sanar esta herida desde la conciencia y el amor.

 

¿Qué es el abandono emocional?

El abandono emocional no siempre se manifiesta como un hecho evidente. A veces, quien está a nuestro lado no grita, no se va, no desaparece. Pero tampoco está realmente presente. No mira, no abraza, no escucha, no sostiene. Y esa ausencia, esa falta de conexión emocional, duele profundamente.

Muchas veces escucho en consulta frases como:

          “Mi pareja no me escucha, no me acompaña, siento que estoy sola o solo dentro de la relación”.

Y es en ese momento donde hacemos una pausa y comenzamos a mirar más profundo.

 

¿Por qué elegimos parejas emocionalmente ausentes?

Lo primero que necesitamos comprender es que nuestras relaciones de pareja no llegan por casualidad. Las elegimos –de manera inconsciente– para aprender, para sanar, para evolucionar.

Si te has vinculado repetidamente con personas que no pueden conectar emocionalmente contigo, que no logran sostenerte y tampoco acompañarte en tus emociones, es probable que esa sea una herida que viene de mucho antes. Una herida que tiene raíces en tu historia más temprana: tu nacimiento, o incluso antes, durante el embarazo de tu madre.

 

La madre como origen de la herida

Este tema es delicado y profundo. No se trata de culpar a nuestras madres, sino de mirar con conciencia.

Cuando una mujer ha crecido sin contención emocional de su propia madre —una madre que no supo o no pudo conectar con ella—, lleva consigo un miedo muy profundo a repetir esa misma historia. Entonces, al embarazarse, aunque anhele profundamente a su hijo o hija, puede verse invadida por el miedo:

          “¿Seré capaz de ser una buena madre? ¿Y si no puedo amar como debería?”

Ese miedo puede transformarse en desconexión. No porque no quiera, sino porque no sabe cómo hacerlo diferente. Así, una madre puede estar físicamente, cumplir con los cuidados básicos, y aun así no lograr una conexión emocional genuina con su bebé.

Cuando ese bebé crece, muchas veces busca sin saberlo repetir esa historia. Elige parejas desconectadas emocionalmente, como una forma de revivir el mismo abandono. Porque su inconsciente aprendió que eso era lo “normal”, lo “conocido”.

 

Cómo reconocer que estás repitiendo la herida

Es posible que te identifiques con algunas de estas señales:

  • Te cuesta sentirte vista o validado/a en tus relaciones.
  • Atraes personas emocionalmente distantes o no disponibles.
  • Te conformas con vínculos en los que no hay expresión de afecto.
  • Te invade la angustia cuando no sientes conexión o cercanía.
  • Sientes que debes “hacer mucho” para ser amado/a.

 

Cuando reconoces estos patrones, no desde el juicio, sino desde la observación amorosa, das el primer paso hacia la sanación.

 

El cambio comienza por ti

A veces, el deseo de cambiar está puesto afuera: “Ojalá mi pareja cambie”, “si él o ella pudiera conectar…”. Pero sanar la herida implica primero mirar hacia adentro.

Pregúntate:
          ¿Estoy disponible emocionalmente para mí?
          ¿Puedo ofrecerme a mí misma/o la presencia y el amor que necesito?

El primer paso es dejar de abandonarte. Elegir relaciones donde haya reciprocidad. Y si estás en una relación con alguien que no puede acompañarte emocionalmente, hablarlo desde el corazón:

          “Me siento emocionalmente abandonada/o en esta relación. Reconozco que esta sensación me conecta con una herida antigua, de mi infancia. Hoy elijo sanar y necesito una pareja que esté presente”.

Si tu pareja está dispuesta a acompañarte, a mirar contigo, puede ser un camino muy transformador. Pero si no puede o no quiere, también eso es una respuesta. Y puede ser momento de elegir un nuevo camino.

 

Ejercicios de psicomagia para comenzar a sanar

Quiero compartir contigo dos ejercicios que propongo frecuentemente en terapia, y que pueden ayudarte a iniciar un proceso de sanación profunda con tu niña o niño interior.

1. Carta del alma de tu madre

Escribe una carta como si fueras el alma de tu madre hablándole a tu yo de niña/o. En esa carta, dile:

  • Que te ama profundamente.
  • Que deseaba tu llegada.
  • Que no supo cómo estar emocionalmente presente porque ella misma estaba herida.
  • Que lamenta no haberte contenido como lo necesitabas.
  • Que aunque en la vida terrenal no pudo expresarlo, en su alma te ama incondicionalmente.

 

Imprime esa carta y envíatela por correo. Cuando la recibas, ábrela con amor, léela en voz alta y permítete llorar si es necesario. Estás sanando a tu niña interior.

 

2. El peluche del renacimiento

Compra un peluche que represente a tu yo recién nacido. Durante 21 noches duerme con él cerca de tu pecho, sintiendo tu corazón latir.

Háblale con ternura, dile que ahora estás para él/ella. Que no va a ser abandonado/a. Que estás aquí, presente, disponible.

Este acto simbólico activa memorias de vínculo, de cuidado, de contención, y puede tener efectos muy profundos en tu sistema emocional.

 

La presencia emocional: el antídoto al abandono

Sanar esta herida no significa encontrar a “la pareja perfecta”. Significa estar disponible emocionalmente, primero para ti, y luego para el otro.

  • La presencia emocional se construye:
  • Mirándose a los ojos.
  • Escuchando de verdad.
  • Teniendo conversaciones honestas sobre lo que sentimos.
  • Estando atentos, disponibles, conscientes del otro.
  • Abrazando, tocando, sosteniendo.
  • Dejando el celular a un lado y habitando el momento presente.

 

Esto es lo contrario al abandono. Esto es amor verdadero.

 

Una invitación a sanar desde el corazón

Este camino no es fácil, pero es profundamente liberador. Reconocer tu herida, dejar de repetirla, elegir desde la conciencia… todo eso transforma tu vida.

Recuerda: no estás sola, no estás solo. Todos venimos de historias, todos tenemos heridas. Lo importante es qué hacemos con ellas.

Y si estás en una relación donde hay disposición a sanar juntos, maravillosa oportunidad. Pero si no es así, también es válido elegir tu camino.

Las relaciones no están hechas para durar toda la vida, sino para acompañar procesos. Si ya aprendiste lo que esa relación vino a mostrarte, es posible que haya cumplido su ciclo.

 

Sigamos caminando juntos

Gracias por leerme. Espero que este artículo te haya resonado y te inspire a comenzar o continuar tu propio proceso de sanación.

Si sientes que este contenido puede ayudar a otras personas, compártelo. Y si quieres seguir recibiendo reflexiones como esta, te invito a seguirme en mis redes sociales y en mi canal de YouTube:

Instagram y Facebook: @munancestral

YouTube: Mun Ancestral

Tiktok: @munancestral

¿Te gustó? Comparte esta publicación

Últimos Artículos

Sígueme en mis Redes Sociales