Sanando la Desconexión Emocional

Florecer como Diosa: Aprende a Valorarte como Mujer

Querida mujer, bienvenida. Hoy quiero invitarte a una reflexión profunda sobre un tema que está muy presente en muchas de nuestras vidas, pero del que pocas veces hablamos con sinceridad: la desvalorización femenina.

Vivimos en un mundo que ha cambiado, sí. Hoy las mujeres estudiamos, trabajamos, votamos, participamos en espacios donde antes no éramos bienvenidas. Pero hay algo que aún no ha cambiado del todo: la relación que tenemos con nuestro propio valor como mujeres.

 

El Valor que Nos Debemos a Nosotras Mismas

Muchas veces creemos que el valor tiene que ver con lo que logramos afuera: el título, el trabajo, el sueldo, la pareja, la maternidad. Pero quiero preguntarte algo más profundo: ¿Te valoras por ser quien eres? ¿Reconoces tu poder, tu dulzura, tu intuición, tu capacidad de amar, tu sensibilidad, tu cuerpo, tu voz?

Lo que veo constantemente en los espacios terapéuticos es que muchas mujeres, aunque se ven fuertes por fuera, por dentro siguen cargando inseguridades muy profundas. Y esto no es casualidad. Venimos de linajes femeninos marcados por el silencio, la sumisión, la renuncia. Nuestras abuelas no pudieron alzar la voz. Nuestras madres empezaron tímidamente a hacerlo. Y ahora estamos nosotras, aprendiendo a caminar un camino nuevo: el del autovalor.

 

Mujeres Que Compiten en Lugar de Apoyarse

Una de las manifestaciones más dolorosas de la desvalorización femenina es la falta de sororidad. ¿Por qué nos cuesta tanto apoyarnos entre mujeres? ¿Por qué, en vez de admirar a otra mujer por su luz, la envidiamos o la criticamos?

La respuesta es simple: cuando no me valoro a mí misma, cuando no reconozco mi propia unicidad, siento que la luz de otra me apaga. Pero eso no es verdad. No hay dos mujeres iguales. No existe comparación posible entre tú y otra. Eres única. Tu camino es único. Tu voz, tu arte, tu energía son únicas.

Por eso, cuando compites con otra mujer, te estás desvalorizando a ti misma y a ella. Le estás negando su lugar como diosa, y te estás quitando el tuyo. Mi invitación es clara: deja de competir y empieza a honrarte y a honrar a las demás.

 

Tu Poder Sexual También es Sagrado

Otra forma en la que nos desvalorizamos —sin darnos cuenta— es a través de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad. Hoy se habla mucho de libertad sexual, y eso está bien. Pero la libertad verdadera incluye responsabilidad y conciencia.

El poder de una mujer está profundamente vinculado a su sexualidad. Nuestro útero es un centro de creación, de intuición, de sabiduría. Cuando entregamos nuestro cuerpo sin conexión, sin presencia, sin amor, lo estamos vaciando de valor. Y eso se refleja después en nuestra autoestima, en nuestras relaciones y en cómo nos sentimos con nosotras mismas.

No te estoy diciendo que no tengas experiencias, ni que reprimas tu deseo. Te estoy diciendo: elige desde el amor propio. Elige desde tu dignidad. No todos merecen tu cuerpo. No todos merecen tocar tu energía.

 

Si lo prefieres mira el video completo en mi Canal de Youtube

 

Psicomagia para Volver a Verte

Quiero compartir contigo algunos ejercicios que pueden ayudarte a reconectar con tu valor y comenzar a verte con otros ojos:

1. Lista de logros cotidianos

Haz una lista de todo lo que haces y has hecho, aunque parezca “pequeño”: terminar el colegio, trabajar, criar a tus hijos, cuidar de otros, levantarte cada día a pesar del cansancio. Vas a darte cuenta de que eres extraordinaria.

2. ¿Quién soy yo?

Escribe una lista con todas tus cualidades: “Soy una mujer amorosa, intuitiva, inteligente, valiente, creativa, sensible…”. No importa si al principio te cuesta. Es parte del proceso. Recuerda que has sido educada para no ver lo que vales. Pero eso se puede transformar.

3. El espejo como altar

Cada mañana mírate al espejo y di en voz alta:
“Me amo. Me valoro. Soy una mujer maravillosa. Amo mi cuerpo. Amo mi inteligencia. Soy capaz de poner límites. Soy dulce y fuerte. Soy una diosa.”

Puedes usar “pósits” con estas frases en tu baño. Si tu pareja te pregunta qué es eso, dile con amor: “Estoy sanando”. Porque no solo te estás sanando a ti: también estás sanando a tu madre, a tu abuela, a tus hijas, a tu linaje femenino entero.

 

Aprender a Poner Límites: Un Acto de Amor Propio

Cuando una mujer no se valora, le cuesta decir que no. Le cuesta expresar lo que siente. Le cuesta poner un límite sin miedo a perder a su pareja o ser rechazada. Pero sin límites no hay respeto. Y sin respeto, el amor no crece.

Empieza por lo más simple. Si algo te molesta, escríbelo. Puedes entregarlo en una notita si te cuesta decirlo en voz alta: “Esto me dolió, ¿podemos hablarlo?”. Lo importante es no quedarte callada. Porque el silencio acumulado se convierte en rabia, y cuando explota… ya sabes lo que pasa: salen heridas de hace años que nadie sabía que estaban ahí.

 

No Viniste a Ser Muda ni Invisible

Una mujer que ha perdido su voz, que ya no expresa lo que siente, que parece apagada, es una mujer que ha olvidado quién es. Pero tú no viniste a esta vida a ser invisible. Viniste a florecer, a sentir, a amar, a poner belleza en el mundo.

Y cuando empiezas a florecer, ocurre algo mágico: el mundo te ve diferente. Tu pareja te ve distinta. Tus relaciones cambian. Porque tú cambiaste. Porque te empezaste a mirar con los ojos del amor. Y eso se nota. Se irradia. Se contagia.

 

Cuando Tú Cambias, Todo Cambia

¿Sabías que cuando una mujer comienza a valorarse, los hombres también aprenden a valorar más? No es casual. El cambio empieza por nosotras. No esperes que el mundo te reconozca si tú no lo haces primero. Empieza por ti. Desde hoy. Desde ahora.

Y si me dices: “Ximena, pero yo no sé cómo hacer esto, nunca nadie me enseñó”. Yo te digo: no estás sola. Este camino se puede aprender. Se puede practicar. Se puede vivir.

 

¿Quieres comenzar este proceso de sanación y empoderamiento?

Acompaño a mujeres que, como tú, desean volver a mirarse con amor, sanar sus heridas, activar su poder interior y florecer como las diosas que son. Si sientes que es tu momento, escríbeme y pregúntame por los cursos disponibles.

 

🌺 Te espero con el corazón abierto. Porque cuando una mujer sana, todas sanamos.

¿Te gustó? Comparte esta publicación

Últimos Artículos

Sígueme en mis Redes Sociales